5.0 Principios del cuidado de las heridas crónicas Listen

En el domicilio utilizamos una técnica de limpieza limpia, por ejemplo material limpio, pero no estéril. Los centros sanitarios y hospitales utilizan material estéril y técnicas asépticas. Es importante seguir los protocolos de cada centro ya que pueden diferir de un lugar a otro.
 

Limpieza
La limpieza debe llevarse a cabo cuidadosamente, por irrigación y utilizando gasa para no dañar los pequeños capilares y el lecho de la herida. Las heridas limpias deben lavarse desde el centro hacia los bordes y las heridas infectadas desde los bordes hacia el centro. Se recomienda limpiar alrededor de la herida inicialmente y luego dentro del lecho de la herida.

Pueden también limpiarse con una aguja fina y una jeringa. Para limpiar heridas crónicas, podemos utilizar agua corriente. El procedimiento aséptico se utiliza en heridas quirúrgicas.

Si utilizamos apósitos de plata, debemos fijarnos antes de lavar con suero fisiológico. Los iones de plata se activan por medio de la humedad y la plata nanocristalina, que es metálica, no debe humedecerse con suero porque sus iones cristalizan  y se inactivan.

Hay que recordar seguir el protocolo de cada centro, como ya se ha mencionado anteriormente.
 

Control de la humedad
El control de la humedad es importante para curar las heridas que requieren de esta, porque facilita la eliminación de tejido desvitalizado y promueve la formación de nuevo tejido. La humedad proporciona a la herida una superficie rica en vasos sanguíneos que le aporta nutrición. Debemos mantener este estado de humedad y no utilizar apósitos que sequen la herida. Sin embargo, hablar de humedad no significa hablar de una herida empapada. Si estuviera empapada, se maceraría. La humedad debe mantenerse con apósitos que gestionen correctamente los niveles altos de exudados y que gelifiquen.

Las heridas secas se deben tratar sin humedad, como por ejemplo las heridas quirúrgicas y las necrosis secas.
 

Temperatura
La herida debe tener un pH menor de 5,5 y una temperatura de unos 37 grados centígrados. No debemos ventilar la habitación hasta después de tratar las heridas. Cuando se enfrían los capilares se retrasa la curación. Es importante tener todo el material preparado mientras se hace la cura y cubrir la herida inmediatamente después del procedimiento.