5.4 Mechado de las heridas Listen

Es importante evitar el mechado demasiado frecuente para no dañar las células de nueva formación y las terminaciones nerviosas expuestas. Sin embargo, esto es diferente en heridas infectadas y en pacientes diabéticos. El mechado se debería cambiar con tanta frecuencia como sea necesario, pero debemos intentar espaciarlo. Espaciar los mechados proporciona a la herida un descanso y la temperatura necesaria para la curación óptima.

Es importante no tocar el mechado hasta que este esté saturado. No se debe cambiar el procedimiento de la cura de forma indiscriminada. Muchas heridas presentan peor aspecto la primera semana tras cambiar el tipo de cura debido al inicio de una nueva fase de limpieza. Es recomendable seguir el mismo procedimiento de dos a tres semanas antes de cambiar de nuevo.

Elección de apósito adecuado para el cuidado de la herida
La elección del apósito dependerá de la fase en la que esté la herida y la cantidad de exudado. El apósito deberá eliminar exudado sin secar la herida y proporcionar un ambiente húmedo en el lecho de esta. El apósito también deberá prevenir la contaminación y evitar daño del tejido durante los cambios de apósito.

Dicho de otro modo, el apósito ideal es el que crea y mantiene un ambiente húmedo, que controla el exceso de exudado, proporcionando y manteniendo una temperatura casi constante en la herida, que es impermeable para las bacterias y que puede retirarse sin dañar la superficie de la herida.

Un ambiente húmedo previene la evaporación y hace que la herida no se seque. La humedad estimula el crecimiento de células epiteliales y la curación de la herida. La necrosis debe ser eliminada. No hay evidencia de un aumento en la cantidad de bacterias en un ambiente húmedo.