La arteriosclerosis es una enfermedad vascular periférica que produce isquemia. En pacientes diabéticos, esto se produce con frecuencia por tensión arterial alta, elevado colesterol, tabaquismo y glucosa en sangre mal controlada. Diferenciamos entre micro y macroangiopatía, dependiendo del tamaño de los vasos sanguíneos afectados.
La arteriosclerosis diabética es la calcificación de la capa media de las arterias que hace que los vasos se vuelvan más rígidos y menos flexibles. El mal control de la glucosa en sangre conduce a microangiopatías en los capilares. La membrana basal se inflama, impidiendo una efectiva circulación e intercambio de nutrientes y productos de desecho en los capilares.
La neuropatía causa falta de transpiración, que provoca sequedad en la piel, disminuye su elasticidad y produce talones agrietados. Todo esto da como resultado lesiones en la piel y un aumento del riesgo de infección. Otra posibilidad sería un aumento de circulación, que abriría arteriolas estancadas, y también presión venosa elevada. Esto aumentará la absorción de calcio del hueso, que permite la confluencia de la articulación. Al final se produce una deformidad del pie y nuevos puntos de presión que pueden hacer aparecer úlceras.
La neuropatía periférica se divide en neuropatía sensorial y motora. La neuropatía sensorial causa pérdida del sentido del tacto y del dolor, además de pérdida de sensibilidad ante los cambios de temperatura de manera parcial o total. El paciente no reconoce cuándo el calzado le provoca molestias, con lo que no advierte rozaduras ni heridas en el pie. La neuropatía motora conduce a debilidad muscular y atrofia de los pequeños músculos del pie. Los dedos del pie se deforman, la capa grasa sobre las prominencias óseas se vuelve más fina y se ejerce una mayor presión sobre estas zonas.
Se produce una hiperqueratosis en las zonas sobre las que se ejerce mayor presión y la presión en las capas más profundas aumenta. Normalmente, los pacientes no advierten esto debido a la pérdida de sensibilidad.
Los síntomas del pie neuropático e isquémico a tener en cuenta son los siguientes:
Pie neuropático:
- Caliente e inflamado
- Frío o de color rojo
- Falta de sensibilidad
- Pulso presente
- Dolor poco característico
- Durezas y callosidades
- Falta de reflejos
- Factores de riesgo: Hiperglucemia, alcoholismo y diabetes de larga duración.
Pie isquémico:
- Frío
- Pies pálidos y moteados.
- Sensibilidad intacta
- Pulso ausente
- Dolor al apoyar o en reposo
- Ausencia de vello en la pierna
- Uñas gruesas y amarillas
- Reflejos conservados
- Factores de riesgo:
Resistencia a la insulina, tabaquismo, hiperlipidemia e hipertensión.
Las úlceras isquémicas se encuentran en las zonas periféricas del pie, sus borden parecen tallados y no hay sangrado capilar.
(Gürgen 2009)